Cursan sus estudios en la escuela Nº 66, desde la que también encaran otros proyectos como el de talabartería, aprovechando recursos de la región, como la leche y el cuero.
En cercanías a la localidad de Chos Malal, la escuela primaria Nº 66 del paraje La Salada lleva adelante distintos talleres, entre los que se destaca el de producción de dulce de leche.
La escuela tiene un pequeño tambo con tres vacas -cada una con su ternero- y un toro. A la vez, una pequeña sala de elaboración completa el espacio donde los estudiantes encaran la práctica de ordeñe y la posterior elaboración de dulce de leche artesanal. Este sector está ubicado a pocos metros de la escuela.
“La primera producción de dulce de leche fue en el mes de abril con dos kilos, y como quisimos compartirlo con las familias, para el acto del 25 de Mayo, les obsequiamos un frasquito con dulce”, comentó la directora del establecimiento, Noemí Giacomini.
Veinte son el total de estudiantes que conforman la matrícula escolar. Desde el año pasado, la escuela cuenta con una sala anexa de nivel inicial para atender el cuidado de cuatro infancias de la zona. El 1º ciclo de primaria es pluriaño con siete estudiantes, mientras que al 2º y 3º ciclo, concurren seis. Los 2º y 3º grado funcionan en el anexo en el paraje Arroyo Blanco, a 8 km. de distancia, con cuatro estudiantes.
Giacomini explicó que este proyecto nació a partir del acompañamiento de la mamá de un estudiante que produce quesos, a partir del ordeñe en el tambo de la escuela, y trabaja de manera conjunta con la cooperadora escolar. “La idea es que nuestros alumnos también puedan saber de qué se trata esto de trabajar en el tambo y cómo es la práctica de la extracción de la leche; que no es para la venta y, en un futuro, si lo eligen, puedan tener un emprendimiento así en la zona”, señaló.
Adelantó que, en el marco de este proyecto, los estudiantes darán continuidad a la elaboración de más productos derivados de la leche, como el queso, con el objetivo de afianzar el desarrollo de esta propuesta en el aula. De manera paralela, los estudiantes también participan del taller de talabartería, “en consonancia con la zona donde se trabaja mucho en esto y las familias tienen mucho conocimiento”. Esta iniciativa se desarrolla desde el año pasado.
“En el taller trabajamos con cuero, en su limpieza, en el sobado para tener tientos con lo que los chicos luego hacen llaveros, pero la idea es confeccionar cintos, billeteras, y todas aquellas cosas que puedan hacer solos”, detalló la directiva y aclaró que las herramientas sólo son manipuladas por la docente a cargo de la propuesta.
El taller de Danzas es el tercero con el que cuenta la escuela que, al igual que el de elaboración de dulce de leche y talabartería, se trabaja una vez por semana, sólo por la tarde, ya que es una escuela de jornada completa, de periodo marzo / diciembre.
La actividad de elaboración de dulce de leche en el tambo se enmarca en la materia Agroecología, desde donde los alumnos también trabajan en la huerta propia, en el invernadero y en la actualidad, en el armado de una compostera. Por estos días, se hacen tareas de cerramiento perimetral en la institución.
“En el taller de talabartería hay un grupito de alumnos muy entusiasmado que lo quieren seguir trabajando porque es un saber que lo conocen porque lo traen de familia”, profundizó Giacomini y explicó que, en el tambo, “no todos se animaron a hacer la extracción de leche por primera vez, hicieron todo lo que ellos se animaron a hacer”. Contó que, en la primera producción de dulce de leche, finalizada la jornada escolar, los alumnos –antes de irse a sus casas- pasaban por el tambo a “ver y consultar” si el dulce estaría listo para el día siguiente: “Yo los veo entusiasmados y con ganas de aprender sobre estas cosas, algunos más que otros, no a todos les interesa por igual”, ponderó.
La propuesta educativa de los talleres es situada. La escuela cuenta con un SUM, dos aulas, cocina, una sala de dirección, una sala, un depósito, dos baños y dos salas. Allí trabajan diez docentes en total.
